
La temperatura de color es un concepto muy importante cuando hablamos de la luz. En vídeo, está relacionado con el balance de blancos. Vamos a ver cómo funciona.
Qué es la temperatura de color
La temperatura de color tiene que ver con la fuente que emite la luz.
La teoría dice que «se define comparando su color dentro del espectro luminoso con el de la luz que emitiera un cuerpo negro teórico calentado a una temperatura determinada».
¿Y eso qué significa? Pues no es más que el color de la fuente de luz que ilumina la escena que estamos grabando.
Ese color se mide en grados Kelvin (K), y va desde los 1.900ºK de la luz de una vela, a los 10.000ºK del cielo azul.

Una bombilla normal suele emitir una luz más cálida que la luz natural del Sol.
La bombilla normalmente ronda los 3.200ºK, y la luz del Sol normalmente los 5.600ºK, aunque varía a lo largo del día.
Si vemos el esquema de arriba, vemos que cuanto más bajo es el número de grados Kelvin, más cálida es una luz. Y cuanto más alta, más fría.
Por lo tanto, cuando hablamos de luz cálida nos referimos a una vela, una bombilla incandescente, etc.
Y cuando hablamos de luz fría nos referimos a la luz del Sol, la del atardecer, o un LED que esté a 5.600ºK, por ejemplo.
Cómo funciona el balance de blancos
El balance de blancos es el ajuste que hacemos en cámara para que se ajuste a la temperatura de color.
Si nuestra cámara permite el balance de blancos manual, podremos coger una superficie blanca, y ponerla como referencia delante de la cámara para ajustar la temperatura de color en cámara.
También podríamos jugar con la temperatura de color, y no hacerla neutra, sino llevarla hacia tonos cálidos o fríos de forma intencionada.
Por ejemplo, si estamos en exterior, y la temperatura es de unos 5.200ºK, pero en cámara marcamos 3.900ºK, la imagen se tornará fría, con una dominante azul.
Por el contrario, si subimos la temperatura de color en cámara, tendremos una imagen más cálida, con tonos anaranjados.
Como resumen, os dejo este vídeo en el que Rita Noriega lo explica de forma mucho más visual.
Ahora os toca practicar con vuestras cámaras para jugar con la temperatura de color. La mayoría de las cámaras lo tienen.
E incluso hay apps para tu smartphone que te permitirán modificar la temperatura de color.
Próximamente veremos también tipos de fuentes de luz, y consejos para iluminar sin necesidad de presupuesto.
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